Autor: Arnulfo Urrutia. Consultor empresarial, fundador de la página “Emprendedores” (END)

Hoy, mientras realizaba mi caminata matutina, recordé que ayer 4 de Febrero, se cumplieron 15 años de que publiqué el primer número de la página “Emprendedores” en El Nuevo Diario.

Fue todo un acto de osadía. Sin ser periodista ni entrevistador, al concebir aquella página, me vi inmerso en una ardua y difícil labor que ahora tiene excelentes frutos. El tema era novedoso para mí y para los lectores. ¿Y esa palabra “Emprendedurismo”, existe? ¿Qué es emprender? ¿Dónde se aprende?  ¿Cómo es eso de hacer planes de negocios?

Tal sed y hambre de la población por conocer más sobre el tema, me llevó a constituir un instituto de capacitación emprendedora; elaborar tres libros sobre el tema y capacitar cerca cuatro mil personas.

Durante diez años publiqué aquella página que promovía la cultura emprendedora y motivó la creación de muchos negocios. Algunos de estos testimonios fueron publicados en El Nuevo Diario.

Pero eso no fue todo. Muchas vidas se inspiraron y algunas hasta dejaron de pensar en el suicidio, gracias a la lectura de las historias de éxito que se publicaban en aquella página. Esto que escribo, es apenas una parte de las anécdotas que en este trecho de mi vida puedo contar. Es así. ¡Todo emprendimiento, está lleno de anécdotas!

El tiempo ha transcurrido y todas aquellas interrogantes quedaron atrás. Ahora la palabra “Emprender” es tan nuestra como el pinolillo.

Quienes hace quince años realizaban travesuras propias de la adolescencia, son ahora la principal fuerza motor del caudal emprendedor que recorre por entero nuestro país. ¡Qué estupendo relevo! Me gozo de verlos día a día, dinámicos y locos por emprender nuevos proyectos.

Pero también aquellas personas con unos años de más, toman el tren del emprendimiento, inspirados por quienes lo están haciendo y los que con anterioridad lo hicieron. Y lo hacen con gran vigor juvenil, pues saben que ser joven no es sólo tener pocos años. Ser joven es asunto de actitud.

Gracias a la experiencia emprendedora y la vitalidad que me transmitieron quienes compartieron sus historias de éxito, este joven de la tercera edad, con varios proyectos por delante, puede parafrasear a Pablo Neruda.

Neruda, dijo: “Confieso que he vivido”. Yo digo: “Confieso que he emprendido”.