Donaldo Hernández/ Houston Castillo Vado

Desde hace varios meses Georgina López, una madre nicaragüense residente en Managua, tomó la decisión de reducir el uso de los electrodomésticos en su hogar.

Asfixiada por el constante aumento de los precios de la electricidad en los últimos años, López se vio obligada a buscar medidas para sobrevivir en la vivienda donde el único sustento económico es su esposo.

A principios de año, el gobierno hizo una reducción del costo de la tarifa eléctrica, sin embargo esto aplica únicamente a viviendas donde el consumo de energía sea moderado.

“Están altos los costos de la energía y otras cosas, pero hemos tenido que hacer muchas cosas para que no salgan altas las tarifas. Eliminamos todos nuestros electrodomésticos. Si usted se fija, aquí no hay refrigerador, no hay televisión, todo para evitar el costo alto de la luz”, dijo López a la Voz de América.

Al igual que ella, otro nutrido grupo de ciudadanos viven en la pobreza y urgen a que se tomen medidas económicas más activas para incentivar a las familias que han sucumbido ante la crisis sociopolítica que comenzó hace tres años en Nicaragua, pero que se agravó con la pandemia del coronavirus, cuando miles perdieron sus trabajos.