Irenea Mejía, es la mujer campesina que murió este fin de semana sin que brillara para ella el sol de la justicia. En el 2011, su esposo y dos de sus hijos fueron asesinados por funcionarios del régimen sandinista y ella exigió justicia hasta que su salud se lo permitió.

Tras el deceso de doña Irenea Mejía el sábado por causas naturales, el cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy, le dedicó una postal póstuma en reconocimiento a su lucha que calificó de “heroica”.

Irenea, alcanzó a vivir 69 años y era originaria del municipio de Cusmapa, departamento de Madriz. Desde allí denunciaba la masacre del Carrizal, donde fue asesinado su esposo José Mercedes Torres Pérez y sus hijos Ariel y Elmer Torres Mejía, abatidos por protestar frente a las instalaciones del Consejo Electoral Municipal después de los cuestionables resultados electorales del 2011.

Asesinos siguen libres

Los asesinos de la familia Mejía quedaron plenamente identificados como Eusebio Cruz Montenegro, exfuncionario del Consejo Supremo Electoral, Elvin de Jesús López, exjefe policial, Mauro José Díaz Jiménez, expolicía, y Jesús Herrera Zepeda, ex secretario político del partido del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), todos están libres actualmente.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), acompañó a Irenea Mejía, pero no fue suficiente para alcanzar justicia. Artistas, organizaciones opositoras y movimientos sociales que defienden los Derechos Humanos, reconocieron el valor de la esta mujer campesina, insigne en la lucha por la justicia y la democracia en Nicaragua.