Durante el verano, con las altas temperaturas, aumentan las probabilidades de padecer deshidratación y algunas enfermedades.

Especialmente los bebés, niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas o trabajadores sometidos a altas temperaturas, siendo estos más propensos a sufrir cuadros como intoxicaciones, diarreas, retención de líquidos y con el tiempo hipertensión.

Se debe tener en cuenta que, debido al calor, tenemos mayores posibilidades de deshidratarnos.

Por ello es recomendable beber una mayor cantidad de líquido y priorizar el consumo de alimentos frescos, en particular verduras y frutas, ya que son ricas en agua, vitaminas y minerales y sirven para rehidratarse. Sobre todo aprovechar los frutos de estación.

“Aunque beber agua es imprescindible para mantener un buen estado de salud, no lo es todo, la perdida de electrolitos y minerales que tiramos en nuestro día a día los podemos encontrar en varias de las frutas de temporada”, señala la experta en nutrición Mercedes Wong Valle.

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La doctora Wong Valle recomienda que además de mantener la constancia en el consumo de 6 a 10 vasos con agua, agregar a nuestra dieta de 3 a 5 porciones de frutas diarias, que también pueden ser suplantados por batidos naturales donde no se incluya azúcar, pues las frutas por si solas nos proporcionan minerales y proteínas necesarias para nuestro organismo.  

HIDRATACIÓN

Respecto de los líquidos, es recomendable tomar no menos de 2 litros a lo largo del día en sus variantes de agua con o sin gas, jugos y licuados naturales de frutas o verduras.

Hay que tener en cuenta que la sed se presenta cuando ya existe cierto grado de deshidratación, por lo cual es indispensable anticiparse a la sensación de sed, activar alarmas de recordatorios para tomar agua, más para las personas que laboran largos periodos en oficinas con aire acondicionado, es otra de las recomendaciones principales de la especialista.

Ante las altas temperaturas, conviene reducir el consumo de bebidas alcohólicas y cafeína e infusiones y comidas muy calientes, debido a que suelen poseer alto contenido en sodio.

También es muy importante poner especial cuidado en el manejo y consumo de los alimentos, respetar la cadena de frío y evitar la exposición de los productos al calor. De esta manera, los alimentos no se deterioran y se previenen enfermedades e intoxicaciones.

Sin embargo, los alimentos básicos como los cereales, lácteos, carnes y aceites no deben eliminarse de la dieta. Cada uno de ellos aporta un componente primordial para una buena nutrición, ya sea calcio, hierro o proteínas, y no se debe descuidar ningún aspecto.