Las sanciones aplicadas por los Estados Unidos contra Julio César Avilés, desacreditan aún más al Ejército de Nicaragua ante la comunidad internacional, considera Manuel Orozco, experto en Migración y Remesas del reconocido centro de pensamiento Diálogo Interamericano, con sede en Washington D.C. 

El bloqueo afecta a una ficha valiosa para que Ortega pueda mantenerse en el poder, reflexiona el experto, quien destaca que el año pasado el régimen creó todas las condiciones para mantener a Avilés al frente del ejército por tercer período, ahora las sanciones trastocan esos planes.

Avilés Castillo e Iván Adolfo Acosta, ministro de Hacienda, tienen bloqueados todos los bienes e intereses en los Estados Unidos, eso los afecta individualmente. Lo que debe preocupar, dice Orozco, son las implicaciones políticas que desacreditan la ya cuestionada reputación del Ejército.

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“Con Avilés, sancionado y un presidente incapacitado, hay un vacío de poder” apunta Manuel Orozco 3

“La sanción toca a un miembro activo del ejército nicaragüense  y afecta a la institución y al Estado en un momento donde hay un vacío de poder…hay una incapacidad mental del presidente para gobernar y una sanción para el jefe del ejército sólo debilita la institucionalidad” señaló el diplomático.

Manuel Orozco afirma que Daniel Ortega, no está apto para dirigir el país y declara que “hay indicaciones médicas de que el presidente está incapacitado para gobernar mentalmente”, al hacer referencia a un gobierno ausente que además se enfrenta a las profundas fisuras entre los altos mandos del Ejército de Nicaragua y  a una pandemia que ya se instaló en los poderes del estado y que no pueden manejar. 

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“Con Avilés, sancionado y un presidente incapacitado, hay un vacío de poder” apunta Manuel Orozco 4

Entre sanciones y la ausencia de un presidente “no apto” según Orozco, el país se enfrenta al terror de una pandemia que ha saturado los hospitales públicos y privado por lo que el panorama para las siguientes semanas es desolador. 

Según Orozco, otros países debieron paralizar sus economías un 80 % para detener la mortandad, pero en Nicaragua se insiste en mantener al país activo económicamente, lo que podría resultar hasta en 10 mil muertos por coronavirus.