Nicaragua vive este 7 de noviembre un proceso de votaciones en el que Daniel Ortega y Rosario Murillo como fórmula presidencial buscan un segundo mandato consecutivo.

El proceso carece de toda legitimidad. El gobernante sandinista descartó la observación internacional de organismos como la Organización de Estamos Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) y acreditó el sábado a un grupo de 232 “acompañantes electorales” de 34 países.

En una nota de prensa el Consejo Supremo Electoral (CSE) controlado por el Frente Sandinista anunció además que acreditó a 600 periodistas nicaragüenses y de otras nacionalidades. Sin embargo, el órgano estatal omitió todo dato de identificación.

Esta semana a través Migración y Extranjería negó la entrada al país a la periodista corresponsal de México y Centroamérica del The Washington Post, Mary Beth Sheridan, quien estaba lista para partir desde ciudad de México a Managua.

El Consejo Supremo Electoral ignoró completo el trabajo de la prensa independiente nacional e internacional negarles acreditación a las y los periodistas y medios de comunicación para brindar cobertura al proceso de votaciones.

La información oficial escueta del CSE no cita las nacionalidades de los periodistas de las cadenas televisivas que fueron invitadas como prensa extranjera, en una jornada en la que el “no voto” prevalece en la mayoría de la población nicaragüense.