Monseñor Silvio José Báez, en el cuarto domingo de cuaresma hizo alusión a la parábola del hijo pródigo, haciendo énfasis en quienes deciden volver, por lo que exhortó a la feligresía a perdonar y aceptar a quienes tocados por el amor de Dios, cambian de rumbo en la vida y  rectifican sus errores, dijo el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, tras cuatro días que el embajador de Nicaragua en la OEA, Arturo Mcfield, decidiera rebelarse al gobierno de Daniel Ortega.

“Aveces somos muy duros con quienes después de vivir equivocadamente, deciden encauzar su vida por la sendas del bien y la justicia, no damos oportunidad, no logramos perdonar”, dijo Monseñor Báez.

Cuando alguien se arrepiente y decide cambiar hay que apoyarlo con afecto, cuando alguien que reconoce sus pecados y rectifica siempre se siente avergonzado y necesita de nuestra cercanía y nuestra comprensión, dijo Monseñor Silvio Báez, quien además hizo un llamado a no quedarse indiferente a estas personas.

En nuestra sociedad pueden haber personas  que por algún motivo  han colaborado con el sistema injusto, dominante, pero que un día recapacitan y deciden cambiar, no es fácil para ellos, tienen miedo de las represalias del régimen y de la incomprensión de la sociedad”, dijo en la misa, Monseñor Báez.

Hay que valorar su decisión, porque deciden salir de la cárcel, ideológica en la que han vivido, se liberan de la humillación a la que han sido sometidos, denuncian la injusticia, se colocan en el lado correcto de la historia, mencionó Monseñor Báez.

“No nos detengamos en lo errores pasado de los demás, no sigamos apuntando con el dedo lo malo que han hecho las personas sintonicémonos en el corazón de Dios y ofrezcamos a estas personas comprensión, apoyo y perdón, enfatizó Monseñor Silvio José Báez.