Dos o tres veces al día Guillermo González, director del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres, Sinapred, comparece ante medios de comunicación oficialistas para referirse a la emergencia creada por el huracán Eta.

A las conferencias no asisten medios de comunicación independientes. Aún en emergencia nacional estos no son bienvenidos al parte informativo; solo televisoras, radios y medios digitales del gobierno, llegan a grabar y se retiran a reproducir, no a preguntar.  

Por eso al tercer día del desastre, quedan muchas preguntas sin respuesta, entre estas la cantidad exacta de los albergues en el Caribe Norte, las condiciones físicas de los mismos, el tipo de atención que están brindando a las familias damnificadas, y otros tantos cuestionamientos.

En televisión nacional la conferencia dura cerca ocho minutos, la mitad de ese tiempo habla Marcio Baca, director de Ineter, sobre el comportamiento de las lluvias.

El tiempo restante, Guillermo González, director del Sinapred, se queda corto al decir una que otra obviedad “…el huracán pisó tierra y lógicamente se sintieron los fuertes efectos”; generaliza datos que importaría conocerlos a detalle “…nuestras poblaciones resistieron, yo diría muy estoicamente”; apenas se refiere a la zona de desastre como Bilwi “…en Bilwi pasaron a la etapa de limpieza y escombreo para recuperar los servicios básicos”y en un santiamén deja a un lado a la Costa Atlántica.

Pobladores y líderes territoriales se preguntan ¿Dónde está el gobierno?

Mientras las instituciones de gobierno se empeñan en divulgar que la situación es manejable, todo indica que pretenden minimizar los estragos y ocultar el abandono en que están los albergues.

Así lo declaró Reynaldo Francis, ex gobernador de la comunidad, él afirmó que los trabajadores de gobierno se resguardaron en su casa, mientras la población de Bilwi, desinformados, creían que había pasado lo peor. Sin embargo, fue hasta después de las dos de la tarde del lunes, que el ojo del potente Eta, categoría 4, mostraba su verdadera fuerza.

“y la gente se confió, fue duro cuando la gente cansada en los centros de albergues, sin comida, sin frazada, sin agua, ni responsables que vigilaran. Es una irresponsabilidad de las instituciones del estado, nadie sabe lo que pasó” dice Francis, evidentemente indignado.

Según el líder territorial, decenas de familia abandonan los albergues por su propia cuenta por el hacinamiento y el desinterés, “¿dónde está el Code? y el Codepred dónde está?” se pregunta el hombre, haciendo referencia a los órganos que deberían estar habilitados respondiendo a la emergencia.

“A esta hora no hemos recibido ninguna ayuda de ningún gobierno de nadie. Supuestamente tenemos un gobierno y no nos ha apoyado en nada, nos da la espalda, desde que comenzó, la pobre gente está tirada, hay niños con hambre y enfermos, estamos perdidos y sin trabajo” dijo otro poblador a una cadena de medios de comunicación.

Otra ciudadana, recordó las promesas de campaña que el partido gobernante FSLN, hizo antes de llegar al poder “cuando dicen voto para el frente aquí han estado y ahora no los vemos” reclamó la fémina, quien amarró el techo de su casa para evitar que la tempestad la dejara a la intemperie, pero está sin comida.

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Al tercer día del paso del huracán, la población de Bilwi salió a las calles agradeciendo haber sobrevivido al potente fenómeno. Abundan las anécdotas de las horas más difíciles y la incertidumbre de cómo recuperar lo que han perdido. Los afectados no escuchan los informes del Sinapred porque el tendido eléctrico colapsó.