Expertos disertan sobre la recuperación de la alicaída producción de crudo en el país suramericano. Advierten que la inversión venezolana, china y rusa de los últimos años en la Faja del Orinoco quedará “como activo varado”.

MARACAIBO, VENEZUELA – La industria petrolera de Venezuela no triplicará su producción en un año, como ha prometido el nuevo ministro del sector del gobierno en disputa de Nicolás Maduro, ni aportará “grandes beneficios” a la economía nacional en los próximos años, concluyen los economistas.

Carlos Mendoza Potellá, economista, experto en petróleo y exembajador de Venezuela en Rusia y Arabia Saudita, criticó en un foro sobre el presente y futuro de esa industria los planes técnicos y políticos de expansión de la producción petrolera en la industria venezolana desde 1983.

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“Muchos de los planes de la evolución de nuestra producción han sido una frustración constante. La producción cayó masivamente, sobre todo después de 2005. Cayó bárbaramente”, dijo durante su intervención.

Hugo Chávez, presidente desde 1999 hasta 2013, planteó elevar la cuota petrolera del país de 3,2 millones barriles por día a seis millones. Hoy, Venezuela produce 397.000 barriles, según datos del gobierno madurista.

Mendoza Potellá atribuye esos planes expansivos a un fenómeno de “comedia y tragedia” sobre la base de que Venezuela es la primera potencia petrolera del mundo, “sin serlo”.

Opina que Venezuela, una nación con más de un siglo de experiencia en el negocio de los hidrocarburos, no ha contado con algún gobierno reciente que caiga en cuenta de que el petróleo ya no desborda las tasas de beneficios.

El economista apuntó que la explotación mundial de crudo ha disminuido de manera paulatina tanto sus excedentes como sus rentas.

En el caso venezolano, el margen de ganancia de la explotación petrolera fue de solo 19 por ciento en 1994 y cayó a 13 por ciento en 2016, antes que la producción se redujera a menos de un millón de barriles al día, especificó.

Margen mínimo de ganancia

Mendoza Potellá advirtió que el pico de la demanda petrolera mundial no se repetiría como en los primeros 20 años de este siglo, menos en el caso venezolano, un país inmerso en una crisis política y social de talla mayor.

A su juicio, incrementar la producción a entre un millón y 1,5 millones de barriles al día tomaría de tres a cuatro años con los planes correctos.

“No hay espacio para que nosotros estemos pensando llevar de nuevo la producción a tres millones de barriles al día. Es un sacrificio para no tener grandes beneficios durante los próximos dos o tres años. Ya no es renta”, acotó.

Rafael Quiroz, economista versado en la industria petrolera, consideró, a su vez, que el gobierno de Maduro está “bastante atascado” entre barriles con precios relativamente bajos, que rondan los 40 dólares por unidad.

Precisó que la cesta petrolera venezolana está en 31 dólares, pero las sanciones económicas de Estados Unidos han obligado al gobierno a venderlo con descuentos desde hasta 10 dólares por barril.

“El margen de ganancia es muy mínimo”, subrayó, remachando que Venezuela está “acorralada, contra la pared” en cuanto a su producción.

A su entender, Chávez y Maduro desperdiciaron la “más grande bonanza petrolera de todos los tiempos” para lograr la emancipación económica del crudo y distanciarse de un modelo fundamentado exclusivamente en rentas.

El “mito” de la faja

Quiroz y Mendoza Potellá afirmaron que Venezuela cuenta con entre 15.000 y 25.000 pozos “viejos” de producción que técnicamente podrían recuperarse.

Ambos discrepan de la promesa del nuevo ministro de Energía y Petróleo de Maduro, Tareck El Aissami, quien dijo que espera elevar la producción en un millón de barriles al día el próximo año.

La expectativa del madurismo cifra sus esperanzas en la Faja Petrolífera del Orinoco, donde hay inversiones millonarias de empresas de Rusia y China, entre otros aliados extranjeros.

Quiroz advirtió que el Estado venezolano está produciendo “a pérdida” en la Faja del Orinoco, mientras Mendoza Potellá estimó que todo lo invertido en ese proyecto quedará “como activo varado” en los próximos años.

Quiroz valoró que ese proyecto se convirtió en un “mito” del chavismo. Sus reservas son de crudo extrapesado, que según sus palabras, “nadie quiere donde está y como está, hay que procesarlo” con costos más elevados.

Indicó que producir un barril en la Faja del Orinoco cuesta actualmente entre 27 y 35 dólares, sin incluir los descuentos posteriores de venta.

El exembajador, por su parte, dijo creer que en Venezuela hay potencial suficiente para obtener un “beneficio moderado” en los próximos años.

La oposición a Maduro ha presentado un plan de recuperación petrolera que tomaría entre siete y 10 años en alcanzar los 2,6 millones de barriles al día.

El proyecto comenzaría solo si se concreta una transición política posterior al madurismo e involucraría a múltiples empresas transnacionales.

Mientras, Venezuela experimenta una situación “dramática, catastrófica” en cuanto a su industria de hidrocarburos, destacó Mendoza Potellá.

“Por eso se presentan los proyectos de apertura extranjera, para que venga ‘Salvador con su arpa’, porque no tenemos con qué” recursos resucitar la industria petrolera en el país, concluyó.