Llegó a la silla edilicia más por méritos propios que por el partido que lo invitó a participar 

A diferencia de alguno de sus homólogos, la honradez, fue la virtud que caracterizó al exalcalde sandinista Carlos Aleman Espinoza, quien prestó un servicio municipal transparente en los cargos públicos que le asignaron, trabajos por los cuales, la ciudadanía hoy lo despide con gratitud.

Papa “Chale”, como se le conocía en el barrio Guadalupe de Chinandega, donde vivió junto a su familia, dobló su rey el dos de junio. 

Aleman, un exitoso comerciante, fue escogido para participar en los comicios del año 2000, despertando el interés de un municipio apático a los ejercicios electoreros, ganando la silla edilicia, más por mérito propio que por el partido que lo invitó a ser candidato.

Para muchos chinandeganos, Carlos Aleman, es “figura de orden”. Fue así como lo definió Antonio Bonilla, quien subraya que, durante la administración de este hombre, apasionado del boxeo, se dedicó a sanear la cartera de la municipalidad, ahogada en deudas de las administraciones anteriores.

“Alemán, poniendo en prenda sus bienes, hizo uso de préstamos a la banca local y así cubrió los beneficios de la canasta básica, aguinaldos y seguro social de los empleados de la comuna, paralelamente se pagaban a los proveedores y se sacaban adelante los proyectos”, dijo Bonilla.

“Ayudar al necesitado fue una costumbre de mi padre”, confesó Carlos “el pollo” Alemán, quien recuerda que desde siempre vió a su progenitor sacarse dinero de la bolsa para ayudar a las personas, especialmente indigentes, enfermas o necesitadas. “Esto aumentó durante su paso por la palestra pública, pues su pensamiento fue cumplir con el servicio para el que había sido electo y destinar parte de su salario, para los más pobres”, dijo entre lágrimas su hijo y asistente personal.

Obras heredadas 

Entre los proyectos que desarrolló Alemán se mencionan: el instituto de secundaria de las comarcas orientales; la reconstrucción de la escuela de primaria ‘Alejandro González y Robleto’, en el barrio El Calvario; la cancha polideportiva ‘Manuel Alemán’ y el adoquinamiento de las principales calles de la Colonia ‘Roberto González’, también están las obras de mejoramiento de parques, puestos de salud y los mercados de la ciudad.

“Fue un caballero. La prensa chinandegana se sintió atendida en su administración, pues Alemán comprendió que el periodismo independiente vive de la publicidad para pagar los espacios en las emisoras, por lo que destinó partidas económicas para los anuncios publicitarios. Además, daba entrevistas públicas siempre, sin importar el perfil de cada hombre o mujer de prensa”, dijo Carol Munguía, periodista chinandegana.

Munguía, recordó que su despacho fue de puertas abiertas. Sus oficinas eran sencillas, con poca decoración y se refrescaba con un papalote antiguo, en el viejo edificio donde funcionó la municipalidad. 

Hoy, durante su sepelio, trabajadores de la limpieza pública le acompañaron hasta su última morada, momentos en los que se captaron lágrimas y gestos de pesar por su inesperada partida.