Recién cumplió 38 años y a través del comercio ambulante entrega productos varios en la ciudad de Juigalpa. En junio de 2019 fue excarcelado bajo la “Ley de Amnistía” de Daniel Ortega tras casi diez meses como reo político.

En un especial con Radio Darío asegura sentirse honrado por el “corrido” a su nombre del cantautor Carlos Mejía Godoy. Cada vez que encara a un policía ve en ellos un odio que refleja lo servil que son al régimen de Ortega. Su deseo es que sean procesados los responsables que han hecho daño a sus hermanos nicaragüenses. Se ha ido dos veces al exilio y de Daniel Ortega solo puede decir que está “jodido” junto al Frente Sandinista.

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Carlos Mejía Godoy te dedicó un corrido y te describe como aguerrido, con coraje y dignidad

Me siento muy honrado. Desde mi niñez me han gustado las canciones de Carlos Mejía y su hermano Luis Enrique (Mejía Godoy). Es un gesto que significa mucho y para mi familia, que alguien me ha dedicado algo especial en esta lucha, aunque la verdad no es solo para mi, considero es para cada hermano nicaragüense, para cada hermano que apagaron su voz y tengo esa responsabilidad que lo hago con mucha dedicación, y lo hago con amor pidiendo justicia, nunca he esperado nada a cambio, pero si estoy muy agradecido con Carlos Mejía (Godoy) y con todas las personas que me han animado con palabras de esperanza cuando los he necesitado. Dios siempre nos a va respaldar en cada momento difícil.

Corrido de Carlos Mejía Godoy a Lenin Salasblanca. Video | cortesía.

Te detuvieron el 14 de septiembre ¿Por qué?

Uno de los oficiales me dijo que la orden que tenían era “sacarme de la casa de mi mama” que por eso no me habían detenido. Quizá para infundir temor en mi mamá, en mis hermanos, pero ya miraron la resistencia que hemos tenido, y aunque el comisionado de Juigalpa intentó desmentirlo, esta fue la única explicación que me pudieron dar. A como siempre los he enfrentado grabando pero la orden era diferente, accedí a montarme en la camioneta (patrulla policial) porque me iban a sacar de la casa de mi mamá y no queria que presenciara eso, y fue otro trato, me golpearon en el cuello, los dedos de las manos, pies y fue una zanganada.

¿Por qué no cesa la persecución contra vos?

No te podría explicar porque la verdad estoy tratando de dedicarme a mi trabajo, sigo denunciando en redes (sociales) pero a raíz de los que pasó el 19 de abril del año pasado por hacer un piquete expres en Juigalpa, se llevaron presos a unos familiares. Pero ahora miro aunque permanezca trabajando el asedio ha incrementado de una forma brutal, hasta tal punto que de los taxis me bajan para revisar las cosas que cargo y yo siempre les he demostrado que nunca me han encontrado nada, ni arma de fuego ni arma banca.

Al encarar a los policías qué lees en sus rostros?

Algunos me han tratado con respeto, otros hacen el trabajo que tienen que hacer y yo he sido incapaz de denunciar algo que mire que está correcto. Pero existen otros, no todos tienen el mismo sentimiento. Algunos oficiales tienen un sentimiento de odio, un sentimiento de fanatismo que demuestra verdaderamente que son serviles del régimen. Pero también me he topado con agentes de policía dentro de la prisión, dentro del mismo chipote, que me han dicho “voy a buscar como retirarme porque no aguanto todo esto”, entonces he visto que algunos están conscientes y están en ese trabajo por una necesidad. Fijate que hay algunos policías que cuando me miran alterados me hacen (seña) callate me dicen. Yo trato de controlarme en ese aspecto.

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¿Tenés temor que el régimen pueda elevar los ataques contra vos?

Claro que tengo temor, no solo yo, también mi familia que está consciente de mi posición como Lenin Salablanca y saben que lo que defiendo es mi derecho, el derecho de ellos y el derecho de cada nicaragüense que ha sentido atropellado sus derechos. Estoy consciente que pueden dejarme postrado en una cama, que pueden quitarme la vida, sin embargo, esto es una responsabilidad que llevo dentro de mi, ese deseo de justicia, de democracia, que sean procesados los responsables del daño que le han hecho a nuestros hermanos y eso me anima, a parte del gran poder de Dios.

Muchas personas valoran tu espíritu de resistencia, sobre esto ¿Qué mensaje le envias a la población?

Tengo dos mensajes directamente. El primero es para la oposición que está a cargo de las cúpulas de las organizaciones, a que se pongan la mano en el corazón, la mano en la conciencia, que por favor en amor a nuestro pueblo que sigue sufriendo, pongan a un lado los intereses políticos, económicos y velen por el bienestar del pueblo. El segundo mensaje es para la población, los de a pie, los sufridos, los marginados, los que clamamos justicia, los que queremos nuestra libertad, los que seguimos sufriendo cada atropello, es que  por favor pongamos nuestras vidas en las manos de Dios, recordando la palabra “no temas” porque Dios está con nosotros.

El 15 de septiembre Daniel Ortega dijo “se sienten intocables porque se les dio amnistía, pero ya no habrá más amnistía” porque según el pueblo pedirá cuentas ¿Qué reacción te genera?

Cada día se siente más acabado, cada día se siente más solo, más cansado, y reconoce que solo bajo amenazas y armas puede mantener a un pueblo sumiso, que de una manera justa y democrática él sabe está perdido, entonces lo que está haciendo a través de esas amenazas rotundas y directas para el pueblo de Nicaragua, refleja su mismo miedo. Está jodido Daniel Ortega, está jodido el Frente Sandinista.

¿Has pensado en exiliarte?

Me he ido dos veces al exilio. La primera cuando se levantaron los tranques en Juigalpa, tres días, un día de viaje, uno de estancia y un día de regreso. Otra vez luego que salí preso, lo mismo también, tres días y de regreso para Nicaragua. Son muchas las personas que me dicen andate, buscá a donde irte, y es que a parte, los recursos son difíciles. Cuando me fui dije la lucha no está aquí (Costa Rica), cuando me metí a esto sabía todo lo difícil que era. Estoy consciente de que tarde o temprano voy a partir de este mundo, nadie es eterno y a mis 38 años siento que he hecho algo bueno, no solo por mi, no he sido egoísta, he pagado consecuencias no por mi, no por mi bienestar solamente, sino, por el bienestar de los nicaragüenses.

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Luego de tu excarcelación ¿te ha sido difícil reintegrarte a tus actividades cotidianas?

Hasta el día de hoy no lo he logrado y aunque desde el día que salí sigo con mi frente en alto con mucha dignidad, no he podido recuperar y creo que no lo voy a lograr en este momento, porque la gente tiene temor que Lenin Salasblanca los visite, que lo vinculen con que les andaba dejando algo. Los principales clientes, alguno sandinistas, prefieren no ayudarme aunque el producto les sirva, pero por cuestión de orgullo prefieren no comprarme nada, es algo muy difícil que no voy a recuperar fácilmente, pero estoy totalmente seguro que Dios nunca nos va a desamparar.

¿Cuál fue tu peor experiencia como reo político?

Fue para una visita especial en diciembre (2018) que tuvimos en “La Modelo”. Fue una visita bastante larga, pero al momento que terminó, el guardia de la celda me dijo: “Salasblanca ya es hora”. Mis hijas se pusieron a llorar: “no papito que no te lleven” me decía, y mi otra hija hablaba a su hermana “no llores porque lo golpean cuando esta solo”. Esa fue lo peor que pude haber vivido.