Nicaragüenses podrían creer que ya no hay riesgo de contraer covid-19 porque no conocen casos positivos o de muertes en su círculo cercano, así lo asegura la salubrista, Josefina Bonilla.

“Si no conozco a nadie que se esté muriendo, que esté en intensivos o que esté intubado, creen que ya se está superando la pandemia, entonces cada persona en su sicología hace su interpretación” reflexionó la Dra. Bonilla, para la audiencia del programa radial ¡Aquí Estamos!

Para la especialista, hay una ansiedad colectiva de que el Covid quede atrás, junto al alcohol gel, las mascarillas y por supuesto olvidar ya el miedo de contraer un virus que acumula miles de muertes en nuestro país.

Al cinco de agosto de este 2020 el Observatorio Ciudadano del Covid-19 informó de 9,434 contagios y 2,591 muertes. Aunque los datos son más creíbles que los brindados por el Ministerio de Salud semanalmente, la doctora Bonilla cree que hay un sub registro: “Hay personas que no quieren reportar los casos, pobladores de comunidades o comarcas que no saben cómo reportar los contagios” por lo que sospechan las cifras pueden ser más altas.

“¡Escuchen a la iglesia!”

La iglesia católica, clara del riesgo de contraer el coronavirus en Nicaragua, advirtió a través de un comunicado que la celebración de la Asunción de María no debe incluir aglomeraciones.

La doctora Bonilla, cree que la celebración puede modificarse: “En Managua este año no fue igual la celebración de Santo Domingo, ¿por qué León no va a respetar las instrucciones de la iglesia que son las mismas de los médicos?” consideró.

Josefina Bonilla, forma parte del Comité Científico Multidisciplinario que respalda el comunicado de Monseñor René Sándigo, Obispo de la diócesis de León y Chinandega, el cual da indicaciones exactas acerca de altares dentro de los hogares, ubicar al pie de la Virgen las fotos de fallecidos y fallecidas por la pandemia y seguir la norma médica del distanciamiento físico. Solo el hogar garantiza esa protección.

En occidente, la “purísima pequeña” reúne a familiares y amigos que se encuentran con otros grandes grupos de personas en las calles y que abarrotan los altares para cantar a la imagen y obtener a cambio dulces, alimentos o plásticos. Es contacto directo.

Esta dinámica expondría a miles de fieles que recorren las calles y a quienes les atienden en los altares, por lo que leoneses y chinandeganos enfrentan el reto de asumir el cambio para cuidar de su salud.  “Por supuesto hay que cantar y orar, lejos de conglomerados para cuidar la vida y la salud” dijo la salubrista.

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