El obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez  instó a la feligresía católica a dejar de un lado los señalamientos y acusaciones, y  abrir el corazón al amor y el perdón.

“Cada uno de nosotros deber ser consciente de que somos pecadores, y no podemos caer en la infamia contra los demás”, refliexionó.

Monseñor Báez, predicó sobre la actitud de Jesús frente a la mujer que había sido hallada en “evidente adulterio” y que, según la ley de Moisés, debía morir lapidada. Sin embargo, Jesús decidió no condenarla, sino que extendió su mano para levantarla cuando era acusada.

“Jesús quiere enseñarnos que la religión auténtica no puede ignorar la fragilidad de los seres humanos que han sido creados con polvo de la tierra. La auténtica religiosidad y el verdadero culto a Dios consiste en introducir el amor y la misericordia de Dios dentro de la fragilidad, la pobreza y la debilidad humana”, sostuvo el jerarca católico.

Monseñor Báez expresó que aquellos hombres religiosos que acusaban a la mujer, somos nosotros cuando no nos detenemos a reconocer con humildad nuestros defectos, pero estamos atentos a descubrir las faltas de los demás.

No necesitamos gente que tire piedras contra otros; no necesitamos personas duras de corazón y rígidas de mente, sino almas que sepan comprender, que sean sensibles para ayudar y fuertes para perdonar”.