La propuesta prevé, en efecto, que los exmandatarios no puedan ser “perseguidos, incriminados, allanados o interrogados”. Sus inmuebles y lugar de trabajo serán inviolables.

Con un proyecto de ley a la disposición del presidente, Vladimir Putin, que gobierna Rusia desde hace más de dos décadas, el Kremlin se dirige a blindar de inmunidad a los exjefes de Estado, a quienes no se podrá juzgar por delitos que hayan perpetrado durante su tiempo en el poder.

La iniciativa fue presentada este miércoles 4 de noviembre en la Duma (Cámara Baja) por los parlamentarios de Rusia Unida, el partido de Putin, como parte del proceso legislativo que debe actualizar la Constitución tras el referéndum del pasado julio.

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“El proyecto de ley blinda las garantías de inmunidad de un expresidente más allá del plazo de cumplimiento de su mandato”, admitió el senador oficialista Andréi Klishas, quien promueve el proyecto junto al diputado Pável Krashennikov, dos funcionarios vinculados al Kremlin.

El boceto determina que los expresidentes no podrán ser “perseguidos, incriminados, allanados o interrogados”. Su domicilio y su sitio de trabajo serán inviolables.

La inmunidad también se extiende a los medios de transporte y comunicación que sean de su propiedad, sus documentos, equipaje y correspondencia. De esta manera, el expresidente adquiere un estatus por encima de cualquier ciudadano ruso.

El reglamento introduce un pequeño intersticio para revocar esa inmunidad, pero se trata de un complejo procedimiento que abarca al Parlamento, la Corte Suprema y la Corte Constitucional. Se puede dar solo en caso de imputaciones de “alta traición” u “otros delitos” (que no estipula).

Se trataría de un mecanismo que tal vez solo quiera salvar las apariencias, ya que para ser aprobado necesita “los dos tercios de los votos del total de los diputados y senadores”, con la condición de que la acusación de la Duma tenga respaldo de “al menos un tercio de los diputados”, y que haya dado su consentimiento una comisión legislativa especial. Un contexto complicado de obtener.

Krashennikov justificó la iniciativa con argumentos poco plausibles. “No solo es importante para una persona concreta, sino para la estabilidad del Estado y la sociedad, para que quienes ocupen el puesto de presidente comprendan que existe el estatus de inmunidad y nadie se vengará de ellos o les perseguirá”, expresó.