El ahora exsecretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Paulo Abrao, reconoce que la experiencia de haber documentado las violaciones a derechos humanos en Nicaragua permitió a ese organismo recuperar su capacidad de actuar en tiempo real.

En una entrevista al programa Esta Semana, Abrao afirmó al periodista Carlos Fernando Chamorro que el gobierno de Daniel Ortega tuvo la oportunidad  de administrar una salida pacífica con las 15 recomendaciones ofrecidas por la CIDH, sin embargo, “el gobierno prefirió el camino primitivo de la violencia”, dijo.

El defensor de los derechos humanos criticó la legitimidad del gobierno de Nicaragua de organizar y participar en los comicios presidenciales de 2021 por las acusaciones en su contra de cometer crímenes de lesa humanidad.

Abrao cree que el proceso electoral en Nicaragua no debe dejar a un lado la demanda de justicia de las víctimas y familiares por la represión estatal.

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“La justicia no puede esperar, una cosa es calcular el tiempo electoral, otra cosa es identificar las oportunidades para que la justicia pueda realizarse, ni una es alternativa a la otra”, sostuvo Abrao.

ESPERANZA EN LA OEA

El próximo mes de octubre la Organización de Estados Americanos (OEA) sesionará para abordar la crisis sociopolítica de Nicaragua.

En esa sesión el organismo presentará una resolución que inste al gobierno a la ejecución de reformas de cara al proceso electoral de 2021.

El exsecretario ejecutivo de la CIDH respondió a Esta Semana que si esa declaración (de la OEA) excluye los elementos de justicia y reparación de víctimas de la represión gubernamental, “será una declaración incompleta”, afirmó.

“Para mi si esa declaración no incluye los elementos de justicia, reparación y memoria a todas la víctimas, será una declaración incompleta (…) sería inconsistente, incoherente con todos los informes de derechos humanos”, dijo Abrao.

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LAS NUEVAS LEYES DE ORTEGA

La intención del régimen Ortega-Murillo de establecer la pena de cadena perpetua a crímenes de odio y la ley de regulación de agentes extranjeros, para Abrao significa una escala de represión.

El defensor de derechos humanos lo califica como un “populismo totalitario” que intenta controlar de todas las formas a los sectores cívicos, sociales y políticos en el país.

“En verdad las cosas deben ser llamadas por sus nombres, eso se llama populismo totalitario. Querer responder a los problemas sociales por medio del populismo”, indicó el defensor de derechos humanos.

Esta entrevista fue publicada en el programa Esta Semana y puede consultarse en el siguiente enlace su material original: