El “giro centroamericano”, efecto ocasionado por el huracán ETA ahora convertido en depresión tropical ha dejado en el pacifico nicaragüense un remanente de lluvia, vientos y fuerte oleaje.

Las afectaciones son menores si se ve hacia el caribe del país donde el huracán destruyó y dejó irreconocibles numerosas comunidades.

En León las embarcaciones pesqueras permanecen ancladas a tierra desde hace seis días y sus pescadores caminan por las costas esperando la oportunidad de salir a altamar, sin embargo, los fuertes oleajes se convierten en un muro impenetrable.

Así, desde el sábado más de 80 hombres de unas 20 embarcaciones han paralizado la principal actividad económica de la zona.

En Las Peñitas, Radio Darío conversó con Luis Francisco Suazo, un pescador que dijo que desde el sábado no salen a trabajar y que estos días han subsistido con lo poco que tienen para comer.

La economía local también está siendo golpeada para las mujeres, quienes ayudan a los pescadores a limpiar embarcaciones y venden marisco.

Mientras tanto saben que deben resolver de alguna forma para llevar el alimento a sus hijos.

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Xiomara León, es una pobladora de Las Peñitas que asegura agradecen a Dios porque la afectación es mínima y oran por las familias del caribe víctimas del fenómeno lluvioso.

La playa de Las Peñitas está ubicada a unos 20 kilómetros de la ciudad de León, sobre la costa decenas de negocios esperan por turistas nacionales y extranjeros, pero la temporada lluviosa sumada a la crisis del Covid-19 minimiza las expectativas.

Marlon Pérez, administrador de un establecimiento que ha permanecido abierto pese a la baja de turistas, asegura confía en sus clientes.