Policía calla sobre posible femicidio en zona rural chinandegana

La policía no brindó nota oficial acerca del hallazgo de dos cuerpos en estado de descomposición en un plantío de maíz. Un cuidador de la propiedad se percató de un ambiente fétido, eran los cadáveres de la adolescente de 17 años  Yelsin Soriano y su tío-abuelo Virgilio Soriano. 

El silencio es el camino más fácil para las instituciones que tienen por función prevenir la violencia contra las mujeres e informar sobre ella. Los índices de femicidio en el país aumentan de forma dramática cada año y eso al gobierno no le conviene porque refleja su inoperancia para proteger a sus ciudadanas 

Por eso la policía prefiere callar sobre lo ocurrido en la comunidad El Pavón,  municipio de Cinco Pinos, al norte del departamento de Chinandega. Evitan la tipificación de femicidio y hasta pretenden  hacer creer a la comunidad que pudo tratarse de una muerte accidental. Mientras el comisionado Douglas Juárez, jefe de la policía , evade las preguntas de los periodistas oficialistas, quienes sí tienen acceso a esa fuente y han consultado sobre el caso. 

Paralelo al silencio policial se conoció que la adolescente fue reportada desaparecida el pasado sábado. La última vez que la vieron con vida  su  tío la llevó hacia una milpa para cortar elotes. 

Tres días después ambos fueron encontrados muertos y cerca de los cadáveres había una bolsa de pan envenenado. Una comunitaria de forma anónima informó de sus sospechas  “aquí se comenta que el hombre se llevó a la chavala al maizal para darle de comer pan envenenado, después también se comió él” presume.

Son pocas las posibilidades de que la policía esclarezca lo que podría ser un femicidio seguido de suicidio, determinar cómo murieron ya no es posible pues los cuerpos putrefactos fueron sepultados de inmediato, la víctima a la par del victimario.

¿Por qué se mata un femicida?

La policía calla pero los movimientos de mujeres no. En el primer semestre de este año 35 mujeres fueron asesinadas en diferentes puntos del territorio nacional. Entre el 2019 y el primer semestre de este año 10 femicidas se suicidaron después de cometer el crimen. Pero¿Por qué lo hacen?

Ada Rico, presidenta de La Casa del Encuentro en Argentina, tiene una respuesta: “El varón agresor tiene una obsesión con la mujer a la que agrede y a la que considera su objeto. Al asesinar a esa mujer, en una última demostración de todo el poder que tiene sobre ella, pierde también sentido su vida porque ya no hay objeto al que perseguir”, describe la experta.

Mientras, la feminista nicaragüense Juanita Jiménez, considera que el agresor se suicida para burlarse de la justicia “no  tiene que ver con valentía ni desahogo, sino que es un mecanismo patriarcal. Es una burla hacia la justicia , una burla al sistema, el femicida la mató a ella y además decidió sobre su propia  vida para evadir la posibilidad de recibir una sanción criminal, burla  al sistema y refuerza el menosprecio por la vida de las mujeres” considera la experta. 

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Sin recursos para enfrentar la violencia 

Recientemente el gobierno propagandizó la reapertura de las comisarías de la mujer. Para las organizaciones defensoras de las mujeres y sus derechos es una medida insuficiente, máxime cuando las partidas asignadas para defenderlas de la violencia de género son reducidas.

“El mayor presupuesto está en los órganos de represión del gobierno. El Programa Nacional de Comisarías tenía apoyo fundamental de la cooperación internacional. El gobierno alemán, Noruega, Suecia, Dinamarca y Holanda eran los más comprometidos en apoyar las comisarías”, sostiene Jiménez. 

La también representante del Movimiento Autónomo de Mujeres, asegura que desde el primer período de gobierno de Daniel Ortega se anularon convenios de cooperación debido a los ataques directos del régimen contra las organizaciones feministas, así evitaban que tuvieran fondos para trabajar.

“Hubo un daño enorme, se  desmanteló el sistema de captación de fondos, quedaron sin recursos disponibles para enfrentar la violencia contra las mujeres” comentó  la lideresa feminista.