VOZ DE AMÉRICA

Un decreto del presidente de Nicaragua autorizó la presencia de tropas rusas en su país. Para la vecina Costa Rica, es causa de preocupación, dijo el presidente.

La autorización de Nicaragua de permitir la entrada y permanencia de tropas y efectivos de Rusia en su territorio es una noticia “muy preocupante” para Costa Rica, dijo su presidente, Rodrigo Cháves, a la Voz de América.

“En estos momentos nosotros tenemos preocupaciones serias con Nicaragua”, expresó Cháves. “Hay una noticia (…) de que el presidente Daniel Ortega invitó al ejército ruso a enviar tropas y equipos a Nicaragua. Nosotros no tenemos ejército desde el año 1949, imagínese cómo nos sentimos preocupados, y con mucha razón”.

El gobierno de Daniel Ortega autorizó el martes el intercambio de naves, aeronaves, y personal militar extranjero para “fines de intercambio y asistencia humanitaria de beneficio mutuo”.

También autorizó la entrada de efectivos, naves y equipos de Guatemala, El Salvador, Honduras, República Dominicana, Estados Unidos, México, Venezuela y Cuba.

Estos acuerdos de cooperación se realizan cada año. Las fuerzas armadas nicaragüenses también están autorizadas a viajar a esos países y realizar ejercicios humanitarios similares.

Las relaciones entre Costa Rica y Nicaragua no han despuntado desde la toma de posesión de Cháves el 8 de mayo pasado.

“[Ortega] no vino a la inauguración [presidencial]. No hemos establecido contacto en estos momentos. Costa Rica tiene un embajador nicaragüense, pero nosotros no hemos enviado embajador a Nicaragua”, dijo Cháves.

Costa Rica es también el destino de muchos nicaragüenses que han buscado asilo huyendo de la crisis política en su país.

“Costa Rica ha recibido a cientos de miles de migrantes, casi un 15 por ciento de nuestra población [es] de Nicaragua, que les estamos dando salud y educación a un alto costo para nuestro espacio fiscal”, dijo Cháves.

Costa Rica necesita ayuda para abordar el tema de los inmigrantes, dijo Cháves recientemente ante las Naciones Unidas.

“Tenemos entre un 15 y un 20 por ciento de nuestra población que son migrantes: algunos refugiados, algunos de manera irregular. Eso le pone presión a nuestro sistema de salud pública y nuestro sistema de educación”, dijo el presidente.