Tercer menor de edad muerto en similares circunstancias, en menos de tres meses, en el departamento de Chinandega. Padres despreocupados es el factor común, además del fallecimiento por sumersión.

El más reciente caso es el de la niña Natalia Verónica Espinoza Ríos, iba a cumplir tres añitos apenas. Su madre, Verónica Lissteh Ríos, se la prestó a una hermana para que la lleve a pasear al municipio de El Realejo, en la finca Los Canales; pero el descuido de unos minutos provocó la fatalidad cuando la menor cayó dentro de un pozo de agua.

Los momentos de angustia de la tía Xiomara, parecían no terminar. Junto a vecinos hicieron todo lo posible por rescatarla, pero sólo hasta que llegaron los bomberos fue que se pudo llegar al fondo del pozo y ya sólo para extraer el cuerpo sin vida.

Una menor de edad en Chichigalpa perdió la vida hace unos días al ahogarse en un barril de agua y luego una más pereció en un charco en la ciudad de El Viejo. Los casos han sido abordados al más alto nivel pero aún no se conoce si las autoridades tomarán medidas o si al menos se impulsará una campaña de mayor protección a menores que ni en sus propios hogares parecen estar seguros.

La vice presidenta de la República, Rosario Murillo, agrega ahora a su mensaje de los medios días, en medios oficiales, casos como estos y lo lamenta desde la parte humana y como gobierno; pero la respuesta institucional aún no es contundente.