Los ataques contra la iglesia católica no han cesado. Un primer estudio denominado “Nicaragua, una iglesia perseguida”, realizado en mayo pasado  contabilizó 190 agresiones contra la iglesia Católica de Nicaragua, mientras que en  una actualización de la investigación, la cifra aumentó a 396 ataques.

La autora de la investigación es  la abogada exiliada, Martha Patricia Molina. En una entrevista al medio Café con Voz, Molina asegura que el estudio refleja una ascendencia en la cantidad de agresiones, y los años en que más ha sufrido agresiones la iglesia han sido en 2018, 2019 y 2022.

En cuanto a la metodología del estudio, explicó que sigue siendo la misma, basada en la sistematización, donde se incluyen los hechos que han sido comprobados a través de los medios de comunicación independientes nacionales como internacionales, así como de los comunicados oficiales de la iglesia nicaragüense y de los reportes de los organismos de derechos humanos.

“Es un trabajo científico y no una cifra que yo la he inventado y paralelamente en esta segunda entrega he realizado 10 entrevistas a profundidad a sacerdotes de las diferentes diócesis y también he tenido dos grupos focales que me han ayudado a compactar las cifras del estudio y tener este segundo resultado”, indicó Molina.

En esta segunda entrega se han clasificado los ataques en 6 tipologías que van desde la profanación de los templos, los procesos penales, los mensajes de odio, ataques a los laicos y a los religiosos, y el cierre a organismos sin fines de lucro, medios de comunicación y de los proyectos propios de la iglesia.

“Estos ataques los relaciono a que en Nicaragua, la iglesia Católica es el último bastión que queda en la lucha frontal contra la dictadura. Ésta mira como enemigos a los sacerdotes y obispos únicamente por lo que están haciendo de llevar la voz profética a todo el país y si analizamos cada prédica de los sacerdotes, lo único que hacen es referirse al Evangelio de la palabra de Dios que denuncia en el mundo las injusticias y arbitrariedades que cometen los regímenes”, explicó la especialista.

Solo cumplen con su deber

Agrega que la misma palabra de Dios denuncia las diferentes violaciones de derechos humanos por parte de los poderosos del mundo, y esto precisamente incomoda al gobierno de Nicaragua, y como ya aniquiló todos los otros espacios de democracia, entonces se han centrado en esta nueva etapa de aniquilación de la iglesia Católica nicaragüense.

Auguró que la constante será el aumento en los ataques a la iglesia, y es por eso que se está trabajando en una tercera entrega porque el gobierno de Nicaragua ha hecho un cambio en la dinámica de agresiones, donde se incluye la criminalización de sacerdotes por medio de procesos penales que están al margen de la ley.

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Añadió que posiblemente en 2023 ocurra una tercera etapa de ataque donde habrá cambios en la tipología, porque a juzgar por la línea ascendente se puede esperar lo peor.

Lamenta que al parecer la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) esté observando “otra realidad” y desconoce los motivos por lo que no se pronuncia ante todas las agresiones que han venido sufriendo como iglesia, por lo que espera que el mensaje del CEN, llamé a las cosas por su nombre, como lo hizo la Carta Episcopal de 1986 en donde se denunciaban todas las arbitrariedades de ese entonces.

“Jamás pensé que iba a documentar casi 400 agresiones a la iglesia Católica. Este ha sido un proyecto personal al que le he dedicado mucho tiempo sin ningún financiamiento y este es un aporte a la sociedad nicaragüense, pero también para futuros aspectos democráticos del país y que sirvan como prueba para los procesos jurídicos tanto a nivel nacional como internacional en contra de todas aquellas personas y funcionarios públicos que están cometiendo delitos contra la iglesia Católica en estos momentos”, concluyó la jurista.