Defensores de reos de conciencia en Nicaragua se enfrentaron también a las represalias tomadas en su contra por parte del régimen de Daniel Ortega a tal punto que les recetó cárcel, hostigamiento y exilio.

En la entrevista dominical de Radio Darío conversamos con Boanerges Fornos, especialista en derecho penal y procesal penal, abogado de presos políticos nicaragüenses, acción que lo mantiene en exilio forzado y tratando de sobrevivir.

Aunque en el país hay más de 30 mil abogados, fueron pocos los que se enfrentaron a un sistema judicial que obedece sin reservas a la administración de Daniel Ortega, un régimen que encarcela a quienes lo critican.

¿Cómo se describe Boanerges Fornos?

Es un ciudadano común, nicaragüense, servicial, trabajador, honesto, comprometido con su familia, con el país y dispuesto a seguir colaborando con la buena andanza de nuestro país.

En Nicaragua, citar a Boanerges  Fornos, es referencia de defender a las personas presas políticas ¿Cuánta responsabilidad implica eso?

Es una gran responsabilidad la que implica, porque las personas presas políticas y los familiares de presos políticos te depositan una gran confianza y uno está obligado a responder a esa confianza. Por otro hay que estar firme para soportar las amenazas que surgen por defender a personas  presas políticas, pero también los halagos que pueden surgir por querer comprarte y corromperte en perjuicio de los presos políticos y un tercer elemento es el hecho que por ser abogado de personas presas políticas no querrás aprovecharte de esa condición en beneficio personal, entonces es una gran responsabilidad.

¿Cuáles eran los principales obstáculos que te ponía el sistema de justicia en Nicaragua para defender a opositores?

El principal obstáculo es negarte el ingreso a las salas de audiencias, allí si podíamos decir que te ponían tranques en  lugares en donde iban a  hacer las audiencias, te impedían el comunicarte con la persona presa política, además te ponían una especie de trampa para que incurrieras en un error que te pudieran sancionar o separarte del caso, algo que todavía se hace.

El actual Poder Judicial en Nicaragua ¿Qué representa para vos?

El poder judicial como tal no existe en Nicaragua. Definitivamente el sistema judicial es una de las entidades más importante en todo sistema democrático con respeto al Estado de Derecho, sin embargo el poder judicial en Nicaragua es inexistente porque dejó de servir a la sociedad nicaragüense para servir completamente a los intereses del régimen político. El poder judicial debería de ser realmente imparcial e independiente de tal forma que cualquier ciudadano que pueda acudir a los tribunales de justicia para defender sus derechos de otras personas o bien para defenderse de demandas o situaciones que se presenten, pueda tener la confianza de que el poder judicial va a resolver conforme a lo que establece la ley bajo un principio de igualdad, sin inclinarse a una de las partes por determinado interés político o económico.

Detrás de cada defensa hay una historia ¿Cuál te generó mayor impresión?

Me impactó mucho un joven campesino de San Carlos, Río San Juan. Era una persona que tenía un gran liderazgo en su comunidad y fue acusado injustamente. Aunque a duras penas sabía leer y escribir, gozaba de un gran respeto.

Recuerdo que cuando lo defendí en la primera audiencia estaba sumamente temeroso y nervioso. Supongo yo que por lo que estaba sufriendo en el sistema donde lo privaban de su libertad. Recuerdo que cuando me movilicé a su comunidad me encontré con la sorpresa que habían más de 100 personas dispuestas a ir a defender a este joven y eso me causó una gran impresión porque eso es un ciudadano de la Nicaragua rural, de la Nicaragua profunda, que tiene un gran respaldo y que las personas estaban dispuestas a arriesgarse para ir a apoyarlo. Para llegar a esa comunidad viajé en vehículo, a pie y a caballo. En todo ese trayecto las personas me iban cuidando, eso me impresionó y me confirmó que estaba del lado correcto de la historia.

¿Volverías a defender personas encarceladas por razones políticas?

Con todas las dificultades, con todo lo que me ha tocado vivir en estos 4 años, definitivamente sí.  Lo volvería a hacer y creo que es una responsabilidad y una obligación de los profesionales del derecho asumir esta defensa. Lamento que de 30 mil abogados en Nicaragua, hayamos sido tan pocos los que hacemos el esfuerzo de defender a estos ciudadanos. En la situación que vive Nicaragua no se puede ser neutral y uno está en la obligación de apoyar a los menos favorecidos y aquellos que están siendo víctimas de la represión , definitivamente con todo lo que implica defender personas presas políticas fue una decisión acertada y sí, lo volvería a hacer.