Enero arrancó con el “pie izquierdo”, si nos referimos a la seguridad hacia las mujeres en Nicaragua. El ensañamiento hacia el sexo femenino no para y eso lo confirman los siete feminicidios ocurridos en los primeros 15 días del primer mes del año. De estos casos, cinco de ellas fueron asesinadas en el extranjero y dos en Nicaragua.

Ante el aumento de los crímenes, sociólogas alertan que la violencia contras las mujeres “va más allá de las fronteras” y un ejemplo palpable para ellas, es la saña con que las féminas están siendo asesinadas por sus parejas.

El último femicidio ocurrido en el exterior ha encendido las alarmas entre las organizaciones feministas. Se trata del asesinato atroz de la jovencita Anggy Díaz Rivera, de 21 años, quien fue decapitada y desmembrada por su esposo, el norteamericano, Jared James Dicus. El crimen ocurrió en el condado de Waller, Texas, Estados Unidos, el pasado 11 de enero.

Díaz Rivera, originaria de El Viejo, Chinandega, emigró en el 2019 para apoyar económicamente a su familia, en especial, a su madre, quien lucha contra el cáncer de mama.

La joven se casó hace tres meses y junto a su esposo habitaban en la localidad de Magnolia, Estados Unidos. Los vecinos de la pareja aún no dan crédito a la tragedia. Dicus, también de 21 años, confesó que el crimen lo cometió en la vivienda, ubicada en el patio trasero de la casa de sus padres, quienes dieron aviso a las autoridades.

El alguacil del condado de Waller, Troy Guidry, describió la escena del crimen como “espantosa”. Por su parte, la familia de Díaz, recauda dinero a través de una campaña de GoFundMe para repatriar el cuerpo de la nicaragüense.

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Primeros femicidios del 2023

El 5 de enero del 2023, se registró en Nicaragua la primera víctima de femicidio. Esther Damaris Martínez Alaniz, de 34 años, dejó luto y dolor entre sus seres queridos, al partir de una forma inesperada.

Su cuerpo fue encontrado en un cañaveral en la comarca Cuitanga Sur, en el municipio de Chichigalpa, departamento de Chinandega. Como sospechosos del crimen, la Policía presentó a Claudio Benjamín Martínez y a José Esteban Morales.

Según investigaciones policiales, Martínez pretendía abusar de la víctima y al no poder, la asfixió con un mecate. Medios oficialistas reportan que el hombre acosaba a la mujer y esta siempre lo rechazó.

El segundo femicidio en Nicaragua se reportó el pasado 13 de enero. Se trata de Francisca Inés Estrella Vanegas, cuyo cuerpo fue encontrado con signos de violencia en un potrero de la comunidad La Calula, en el municipio de Cárdenas, departamento de Rivas. El médico forense determinó que Estrella, fue degollada.

Solo entre el 8 y 9 de enero, al menos cuatro mujeres nicaragüenses fueron asesinadas, tres en Costa Rica y una en Guatemala. Las víctimas fueron identificadas como Evelyn Fátima González Zeledón, de 46 años; María de los Ángeles Larios Sánchez, de 46 años; María Auxiliadora López, de 37 años, y Grethel de los Ángeles Guerrero Torres, de 34 años.

La organización Católicas por el Derecho a Decidir, en 2022 registró 69 femicidios y 110 mujeres lograron salir vivas, convirtiéndose en sobrevivientes de violencia machista

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Hay que buscar ayuda

La socióloga Marycé Mejía, dice que las mujeres que son víctimas de agresión o están en riesgo latente de un femicidio, deberían poner la denuncia, para dejar un precedente ante las autoridades encargadas de administrar la justicia.

“Es importante la denuncia, aunque en Nicaragua las cosas no estén bien a nivel de acceso a la justicia, es importante dejar un precedente de la situación que hay en el país y que esto sea registrado”, expresa Marycé Mejía.

Así mismo recalca que el acompañamiento psicosocial y psicológico es de suma necesidad. “Si tienen esa oportunidad, que logren identificar que están viviendo una situación de riesgo, porque muchas veces estamos en la situación y no identificamos que estamos en una relación violenta o en riesgo o que nuestra vida está en riesgo”, agrega la socióloga, quien ve con preocupación el aumento de la violencia.

La especialista afirma que las mujeres pueden protegerse de su agresor y para ello, es necesario que pongan en marcha un plan de acción, que podría funcionar para salvaguardar su vida o escapar de una situación de riesgo.

“Hay varias herramientas que nos pueden ayudar a escapar de una situación, por ejemplo, tratar de no estar solas en las casas, porque el agresor cuando comete todos estos crímenes atroces siempre busca de que la víctima esté sola en la casa o en presencia de los hijos, que muchas veces son menores de edad”, añade.

Detalla que es importante identificar el nivel de riesgo que se tiene en la casa, en la comunidad, en las calles o por donde se camina, ya que sí se está consciente de que hay riesgo, se puede buscar los recursos para defenderse y salvar la vida.

Otra de las sugerencias que da la experta, es que las mujeres que se encuentran en riesgo, manejen una agenda con contactos a quien puedan llamar en caso de que se encuentren en peligro para que sean auxiliadas.

Si bien es cierto, que la situación económica de muchas familias no les permite mejorar su calidad de vida, Mejía recomienda a la población estar atenta ante los hechos de violencia, para tomar acciones en contra de los agresores.

“Hemos visto ejemplos claros de comunidades enteras que han protegido a muchas mujeres de la violencia y que incluso agarran a los agresores y los meten presos, estas acciones deberían ser un poco más frecuentes porque la violencia es un asunto de salud pública, que aunque digan que los conflictos de pareja se arreglan en pareja, esto es una es un mito, es violencia”, afirma.

Falta de justicia podría incrementar la violencia

La madrugada del 4 de enero ocurrió un crimen en Managua que aún mantiene consternados a los nicaragüenses. Karen Patricia Coca Aguilar, de 30 años de edad, tomó la justicia con sus manos al asesinar a su tío David Antonio Castrillo Arauz, de 70 años de edad, quien supuestamente abusó de ella cuando era una niña.

Ante el suceso que alarmó a la población, María Teresa Blandón, socióloga y  directora de La Corriente, explica que la mujer pudo tomar la justicia con sus manos ante la falta de reparación de parte del Estado de Nicaragua.

“Hay otro tipo de situaciones que han ocurrido en Nicaragua como el de esta joven que asesinó al tío que abusó de ella cuando era una niña. En estos casos, estamos hablando de otras situaciones que lleva a las víctimas a actuar de esta manera, movidas también por una necesidad de reparación que lamentablemente no viene de parte del Estado”, señala la activista nicaragüense.

La defensora de derechos de las mujeres aprovechó la ocasión para denunciar al Estado de Nicaragua por la falta de políticas públicas para castigar a los agresores, quienes muchas veces han agredido sexualmente a sus víctimas.

“Miles de abusadores sexuales en Nicaragua y en otros países del mundo han quedado en la impunidad, no solo por la tolerancia social que hay y eso incluye a los hogares nicaragüenses hacia el abuso sexual, sino también por la falta de políticas públicas de prevención y de sanción a los agresores que como sabemos es una forma necesaria de reparación”, reprocha Blandón.

La Organización Católicas por el Derecho a Decidir, registra que, durante los años 2020 y 2021, fueron asesinadas 142 mujeres, es decir, 71 en cada año.