La justicia nicaragüense bajo el control  de  la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, declaró culpable al sacerdote Óscar Benavides Dávila, párroco de la Iglesia Espíritu Santo de Mulukukù, Caribe Norte, por los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas.

La juez sandinista Nancy Aguirre Gudiel del juzgado Décimo de Distrito Penal de Juicio de Managua, sumó dos años más de condena a los ocho solicitados por la fiscalía contra Oscar Benavidez, párroco de la iglesia, Espíritu Santo de Mulukukú, en el caribe norte de Nicaragua.

El eclesiástico Óscar Benavides Dávila fue secuestrado por agentes de la Policía el 14 de agosto del 2022, tras oficiar una misa  en el  Oratorio “Inmaculada Concepción de María” Mulukukú.

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La defensa del sacerdote aseguró que la Fiscalía no demostró en el juicio  evidencias de las  infracciones imputadas  debido a que los testigos que presentó  ante la judicial Aguirre Gudiel, no identificaron al sacerdote en actividades conspirativas, ni tampoco en acontecimientos de  menoscabo a la soberanía nacional del país.

La defensa técnica propuso como testigo al obispo Rolando Álvarez, quien está detenido ilegalmente desde el 19 de agosto y con un juicio programado para el 28 de marzo próximo, la solicitud del abogado del padre Benavidez fue rechazada en una colusión entre la fiscalía y la judicial.

La juez Nancy Aguirre Gudiel también sancionó al sacerdote con una multa de 49,017 córdobas, en un juicio arbitrario y fuera del debido proceso.

Los juicios ilegales y condenas a religiosos secuestrados por la Policía obedecen a la campaña de odio de la dictadura Ortega – Murillo en su intento por silenciar de todas las formas a la iglesia católica en Nicaragua.