Fuente: La Nación

El cantautor nicaragüense presentó en Costa Rica Mis cartas sin buzón, su primer libro de poemas. Más allá de los textos, de las notas musicales y de los ritmos, Ramón Mejía – el Perrozompopo nicaragüense – expuso en Costa Rica sus más profundos sentimientos, a través de un nuevo canal: la poesía.

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El artista escribió el libro “Mis cartas sin buzón”, un compendio de versos creados desde lo más profundo de sus sentimientos y que fue provocado por lo que podría definirse como una pesadumbre amorosa, pero que, al final, refleja la intimidad de Mejía.

Ramón Mejía, conocido en los escenarios artísticos, como Perro zompopo dijo a los medios de Costa Rica, que empezó a escribir de manera terapéutica, para poder hacer una lectura de lo que me pasaba con el amor.

“Empecé a hacerlo a manera de relatos y a exagerar un poco las historias, pero al mismo tiempo quise que fuera muy cotidiano, muy real, intenté reflejar la intención de un beso, de la desnudez, de la alegría, de la soledad, de la tristeza o el cómo una ciudad te hace recordar a alguien que amas y eso te vuelve loco”, dijo Mejía.

Expresó Ramón Mejía, Perro zompopo al ser consultado porque no expresa sus poemas en música, “Porque la canción te limita, tiene una métrica o un tiempo, puede durar cinco minutos y, aunque yo no me rijo por la regla de escribir canciones cortas porque me da lo mismo si me ponen en la radio o no, pero una pieza de corto tiempo no te permite muchas veces decir lo que puedes en un texto”. “En la redacción puedes jugar con las palabras, con el ritmo, en el camino me di cuenta de que las canciones me ponen un límite.

“Me gusta porque la canción te desnuda, pero el texto te desnuda aún más porque lo puedes hacer más largo, explicarlo más y puede tener una intención más profunda”, refirió. “Es una manera diferente de decir las cosas nomás, yo las canciones me propongo hacerlas lo suficientemente poéticas, pero en un texto hay palabras que en una pieza musical no quedan porque pueden ser muy agresivas o no van bien con la melodía, entonces las vas cambiando hasta acomodarlas; un texto aguanta más, es más libre, más permisible”,, explicó Perro zompopo.

Perro Zompopo admitió que tuvo una relación hace tres años que lo volvió loco, me enamoré. Cuando terminó comencé a rebuscarme y a cuestionarme qué es lo que tenía esa persona que me hacía falta a mí; me di cuenta de que era yo quien depositaba todas las expectativas en esa persona, agarré todo lo que sentía por ella y lo trasladé a mí, a partir de ahí me vi mucho más claro. Comencé a escribir y a desgranar todos esos sentimientos me llevó al libro, a un libro intenso sexualmente e intenso de manera poética porque tengo mi propio lenguaje, en él juego con muchas ideas bastante nicaragüenses que me hacen tener un color muy particular”, expresó.
“La canción me ha ido puliendo un poco porque todo lo que he escrito son temas sobre mi percepción de las cosas que vivo. Entonces, después de escribirme y escribirme me voy desnudando frente al público con una canción y en este tiempo del libro lo que pasa es que los textos me dan más prendas qué quitarme”, manifestó Perrozompopo.