Nicaragua no está lista para la reconciliación

La crisis sociopolítica que atraviesa el país desde 2018, ha causado efectos colaterales en la población en general. A tal punto, que las familias han roto lazos entre si

11:30am

30 abril, 2023
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Stefany López, de 30 años, emprendió travesía hacia Estados Unidos con su pequeña hija de 10 años y asegura que de los principales motivos para dejar el país  fue porque no se habla con su familia porque son sandinistas. También por el estancamiento, “siento que no tengo nada bueno que ofrecerles a mis hijas”. Menciona que la situación económica no le permitía darles educación de calidad a sus niñas y se veía en la necesidad de enviarlas a colegios públicos donde la propaganda sandinista se vende en cada clase.

“Antes de 2018 todos convivíamos normal, nos llevábamos bien, no digo que éramos la familia perfecta pero no influía el tema de la política porque solo teníamos una hermana sandinista”, agrega Stefany.

Violencia en manifestaciones cambio el trato de su familia

Ella relata que a raíz de las manifestaciones de 2018 todo cambio, “al expresar que estaba en desacuerdo con todo lo que estaba pasando; los asesinatos, los secuestros y demás pues mi familia ya me empezaba a hacer malas caras, malos gestos o me decían que yo estaba trastornada y eso dio paso a que empezaran a excluirme de las reuniones familiares”.

Stefany tiene familiares directos que apoyan al régimen de Daniel Ortega porque tienen altos cargos en instituciones públicas, así que, aunque estén conscientes de la corrupción y los crímenes del Estado no pueden decir nada.

Por otro lado, López agregó que ha dejado de publicar cosas en contra del gobierno en redes sociales y de hacer comentarios en voz alta por miedo a que le hagan algo a sus hijas de 10 y 12 años.

“Tuve que dejar todo el activismo que estaba haciendo por miedo y porque mi familia me decía, ya deja de joder, que por tu culpa nos van a quemar la casa”, menciono.

Stefany asegura que, aunque desea normalizar la relación con sus familiares que apoyan al régimen, no cambiara su parecer sobre las acciones que ha tomado y está tomando actualmente el Estado. “Por eso no hemos podido ponernos de acuerdo, porque ellos a mí no me van a lavar el cerebro. Entonces ahí es donde mi familia me culpa porque dicen que no dejo calmar las aguas porque ellos intentan mediar conmigo y yo no doy mi brazo a torcer”.

Redes sociales usadas para infundir odio

El pasado 22 de abril, nuestro segmento ¡Que Zanganada! Fue dirigido a toda la población pero especialmente a los simpatizantes de Ortega-Murillo como una invitación a la reflexión del daño que nos ha provocado como sociedad la fractura social promovida por la dictadura de Daniel Ortega quien declaró el 19 de abril como “Día Nacional de la Paz” como acostumbra hacer para moldear la historia a su antojo. Por lo tanto, nuestra presentadora y productora del segmento inició haciendo una referencia al respecto y mencionando que si algo podemos hacer los nicaragüenses en nombre de la paz, es reconciliarnos como sociedad y trabajar juntos en recuperar la libertad de nuestro país.

Las reacciones y comentarios por parte de simpatizantes sandinistas no se hicieron esperar, mencionando por supuesto su famosa frase célebre “viva Daniel”  y llovieron los comentarios ofensivos, incluyendo y promoviendo conflictos armados en nombre de la paz que en medio de palabras de odio promulga el dictador, porque el régimen bajo el lema de “trabajo y paz” persigue, encarcela, destierra y asesina a quienes no profesan sus ideas. Logrando fracturar la relación no solo dentro de los hogares sino dentro de la sociedad con un plan represivo que tiene a sus ciudadanos sufriendo 5 años de injusticias

Daniel Ortega en sus esfuerzos de mantener el poder ha dividido la sociedad, creando una categoría especial que brinda oportunidades e impunidad a los pobladores que tengan el “carnét de militante sandinista” y dejando sin derechos laborales a quienes no acepten afiliarse además de prohibir a sus seguidores relacionarse con otras personas que sean opositoras aunque estas compartan lazos consanguíneos o hayan compartido años de amistad, obligando a sus simpatizantes a alejarse de todo aquel que no baile la canción de “Daniel se queda”.

Fracturas en familia costeña también son evidentes

Por otro lado, a 354 kilómetros de Managua, en la ciudad de Bluefields, Milena Castrillo, de 25 años de edad, es la única persona de su familia que no es partidaria del Frente Sandinista y le ha tocado convivir con el dolor de la crisis socio política que enfrenta el país desde 2018.

Ella forma parte de una familia numerosa que vivía unida en un mismo terreno, por ende, Milena podía ver a sus primas, con quienes pasaba la mayor parte del tiempo y con quienes se llevaba mejor.

“Pero a partir de lo que pasa con el estallido de abril 2018 nuestras diferencias pasaron a otro nivel, porque yo no podía tolerar que mis familiares apoyaran a un gobierno asesino, porque considero que la vida de las personas se respeta, bajo ninguna circunstancia es aceptable justificar una muerte y creo que, aunque vos no estés de acuerdo en cómo piensa la otra persona no podes burlarte o justificar tantas muertes por defender a un dictador”, dijo Castrillo.

Para ella una de las cosas más chocantes fue ver como su mamá y sus primas se mostraban muy dolidas ante las muertes de partidarios sandinistas o la destrucción de algunas Instituciones del Estado, pero se comportaban totalmente indiferentes ante los asesinatos de jóvenes estudiantes.

“Al gobierno no le afecta que haya desunión familiar, pero yo lo tome desde el punto de vista personal porque para mí la lealtad, la verdad y la vida de las personas son aspectos no negociables y no me puedo alegrar por la muerte de otra persona, porque por muy mal que me caiga era una persona que dejo familia, tenían sueños, metas y gente que los quería”, agrega.

Por otra parte, ella relata que no solo sentía indignación por los asesinados, sino también los daños que le causaron a personas que ella conocía. “Las veía en las noticias corriendo peligro y sentía desesperación porque una cosa es ver las noticias de lo que le pasa a otra gente, pero ver que son las personas que uno quiere es diferente”.

Ha tenido que hacer un balance para no molestar a su familia


A partir de esas situaciones, Milena pasaba encerrada en su cuarto. “Enojada y llenándome de odio”, relata. Al punto de volverse totalmente intolerante a cualquier referencia del partido de gobierno y fue así como la relación con su mama y sus primas fue de mal en peor.

“Una vez yo iba caminando y en el camino me encontré a una muchacha policía y cuando le vi el uniforme pensé, maldita gente, pero luego me detuve a pensar y reflexioné que debajo de ese uniforme hay una muchacha posiblemente mama, hija, hermana que no sé qué la llevo a tomar la decisión de ser parte de una organización tan detestable”, relata.

“Cuando de pronto sale un niño pequeñito, en pañal y camisola con una chimbomba en la mano y la sale a recibir. Ella lo besó y abrazó, luego entraron a una casa de madera en muy malas condiciones y eso me hizo pensar que, si me pongo juzgar a todos de que son unos asesinos, sinvergüenzas y sicarios, probablemente alguien se desquitaría con esa muchacha”, continuo.

Milena expresó que el falso discurso de reconciliación y unión familiar que predica el gobierno de Ortega y Murillo es porque desde los tiempos de la guerra de los 80 han provocado fracturas familiares, porque cuando asesinan a una persona y causan el exilio de muchas, hay fracturas.

Aunque ella sabe que no puede cambiar el pensamiento de su familia y viceversa, han tratado de mantener un balance entre ellos y respetar los espacios de cada uno. Llegando al punto de no discutir sobre temas que tienen que ver con la crisis sociopolítica de Nicaragua y omitiendo comentarios referentes al sandinismo cuando ella esta en la casa y ella, evitando mencionar las violaciones de derechos humanos que comete el gobierno cuando su madre y prima se encuentran.

Nicaragua vive una crisis sociopolítica desde 2018

Actualmente Nicaragua vive una de las peores crisis sociopolíticas en tiempos de paz. El régimen de Daniel Ortega desterró a 222 personas que estaban secuestradas en sus celdad y despojo de su nacionalidad a otras 94 personas, mantiene más de 35 personas presas políticas entre ellas monseñor Rolando Álvarez, mientras libera a más de 20,000 reos comunes.

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También es el principal responsable del asesinato de 355 personas en las manifestaciones del año 2018, según documento la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Desde hace cinco años han salido del país decenas de miles de nicaragüenses, ya sea para resguardar su vida o por razones económicas y lejos de encontrar esa reconciliación social que nos urge para trabajar en pro de nuestro país, Ortega ha logrado mantener a l población más dividida que nunca al categorizarlos como Sandinistas o Azul y blanco sumado a todos los improperios mencionados por la Vice presidenta ilegitima Rosario Murillo.

Fractura familiar y social afecta la salud mental

Ruth Quiroz, psicóloga, especialista en trauma tiene 4 años de trabajar en el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca más, con víctimas de la represión en Nicaragua que se han tenido que exiliar en Costa Rica. Dentro de las razones por las que más afectaciones a nivel emocional presentan sus pacientes es la separación familiar por el tema de la ideología política, según expresa “desgraciadamente hay dos bandos y cada uno se quiere sobre poner sobre el otro, eso es muy difícil y genera también esta fractura familiar porque incluso tengo casos cuando son familias muy cercana, la madre, un hermano que me dicen tengo años de no comunicarme con mi mamá o con tal familiar porque cada vez que la llamo es para culparme”, y eso genera mucha distorsión en la dinámica familiar.

Según Quiroz esta división puede desencadenar bastantes actos de violencia, debido a que las personas cargan un montón de conflictos sin resolver y no poseen recursos internos para superarlos de la manera más asertiva, entonces se prestan las condiciones para un desenlace violento. “he notado mucho que llevamos estas diferencias de pensamiento a conflictos más fuertes y pasamos a la violencia física, violencia psicológica que a su vez causa muchísimo daño, porque trae como consecuencias ansiedad, depresión, angustia, culpa y muchas situaciones, esto desencadena muchos factores emocionales que nos afectan ya no solo a nivel familiar, sino a nivel personal, ya yo empiezo a sentir que yo soy el problema en esta familia, empiezo a sentir que no calzo”

Que hacer para lograr la reconciliación?

si hablamos a nivel social creo que hay que sufrir una gran transformación, hay que sanar muchas heridas colectivas producto de la violencia y yo siempre digo que para construir sociedad, nosotros somos una pieza clave de esa sociedad, la familia que formamos pasa a ser parte de esa sociedad, entonces creo que todo empieza desde uno. ¿Cuál es la transformación personal que vas a tener para generar un cambio social? y así de uno en uno nos vamos sumando y vamos transformando la historia. Hay mucho que sanar y mucho `por trabajar  y solo si hacemos esta introspección personal y reconocemos que quizá si estamos proyectando todavía ciertos aspectos de la violencia que hemos recibido podremos sanarlo, expresó Quiroz. 

Por otro lado, agrega que ofender, burlarse y denigrar a las otras personas solo nos coloca en la misma posición.  “si estas exiliado por ejemplo es porque tenés una forma de pensar diferente y querés construir un país mejor y para eso tenés que validar y respetar las opiniones de los demás,  no puedo pretender querer hacer un lavado de cerebro ofendiendo e insultando”.

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Ruth explica que el nivel de adoctrinamiento es a nivel que los simpatizantes del frente sandinista, realmente creen que si los “vandálicos” no hubiesen provocado disturbios en Nicaragua todo seria de maravilla y creen que son unos golpistas, por tanto si la respuesta a ese pensamiento es un insulto, igual se lo van a seguir creyendo, en cambio si se toma una postura más serena y explicativa podemos invitarles a ver las diferencias y promover la reflexión.

“Yo he recibido casos de policías que vinieron a mi consultorio llorando, que les dijeron ustedes tienen que ir a matar y no pudieron y escaparon huyeron porque no querían hacerlo, pero si a vos te dicen de pronto usted vaya y mate o lo matamos a usted, vos te quedas pensando que hago, voy o no voy, hay que aprender a ser empático con la situación que están viviendo las demás personas hay que entender que quizá no todo mundo tiene el acceso a educación ni entendimiento que tengo yo por lo tanto la empatía es  algo que tenemos que promover”. Finalizó Quiroz.

Mirá nuestro segmento ¡Qué Zanganada!

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