La Voz de América

De manera consecutiva el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, apartó del camino a la única fuerza opositora que quedaba en pie de cara a las elecciones de noviembre y ordenó bajo decreto “autorizar” el recibimiento de premios internacionales en el país.

El golpe asestado el viernes por el gobernante Daniel Ortega contra el último partido opositor que quedaba en pie para las venideras elecciones de noviembre recibió el sábado las críticas de la ONU.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), en su dependencia para América Central y República Dominicana señaló que las disposiciones son una manera de coartar la libertad de las fuerzas opositoras en el país.

“La cancelación ayer de @CxLibertad como ya ocurrió con otros 2 partidos, impide la participación política de sus miembros y votantes. Estas decisiones no están en línea con los estándares de #DDHH y resultan incompatibles con elecciones libres y justas”, señaló la oficina en un tuit.

El Consejo Supremo Electoral de Nicaragua despojó de personalidad jurídica al partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), que hasta el momento era considerado la principal fuerza de oposición la dupla de Ortega y su esposa la vicepresidenta Rosario Murillo.

La ONU señaló que el Decreto Presidencial 17-2021 “supone restricciones indebidas para periodistas y defensores de #DDHH, quienes deben poder ejercer su labor y recibir reconocimiento, tanto en su país como internacionalmente, sin limitaciones arbitrarias e innecesarias”.

A manera de allanar el camino a las elecciones de noviembre, Ortega ha detenido y puesto bajo procesos judiciales a varios precandidatos presidenciales que intentaron competir en unas elecciones internas en el partido, algunos de ellos, acusados de supuesta traición a la patria, como Juan Sebastián Chamorro y Noel Vidaurre.

“Más acciones”

En entrevista con la Voz de América, Gonzalo Carrión, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, dijo que la familia Ortega-Murillo no quiere repetir el revés sufrido por el sandinismo en las elecciones de 1990.

“Es posible que el dolor de tanta gente en Nicaragua se prolongue, pero lo cierto es que el pueblo de Nicaragua va a obtener su libertad”, vaticinó.

Carrión explicó que la crisis mundial de la pandemia de COVID-19 ha empañado un tanto el panorama de cómo se ve desde la comunidad internacional la grave crisis en Nicaragua, sin embargo, dijo que en la actualidad “estamos en la agenda” y mencionó las denuncias hechas por importantes organismos internacionales contra las arremetidas de Ortega.

“Se conoce más lo que está pasando [en Nicaragua] y en general no nos han dejado solos”, aunque precisó quizás falten “más acciones en el sentido de que la dictadura debe de saber que no cuenta con el respaldo de la comunidad internacional”, enfatizó Carrión.